En el taichí procuramos tener un 50% concentración y un 50% relajación. El equilibrio entre concentración y relajación nos ayuda a fluir con el taichí y con la naturaleza que nos rodea. Activamos nuestra energía y conectamos con otras energías. Por lo contrario, si nos concentramos demasiado estaremos tensos y nuestro taichí no será armonioso. Si nos relajamos demasiado estaremos lacios, perdemos la forma, la frescura y no activamos ni circulamos bien el chi.
Por este motivo quiero destacar la importancia de practicar un movimiento en repetición. Tendremos tendencia a relajarnos en exceso y movernos con la inercia al conocerlo bien y de esta manera practicamos la concentración en el momento presente. Seguimos el movimiento de las manos sin mirarlos fijamente, observando a la vez nuestro entorno y aunque sabemos el camino que cogerá la mano la seguimos con la vista y nos movemos con la intención enfocando en donde está la mano y dónde estará en el siguiente instante. Estas repeticiones son una manera potente de activar el chi.
Como todo en el taichí, esta práctica de 50/50 en concentración y relajación lo podemos aplicar a nuestras vidas. Lo puedes aplicar a tu manera de caminar, de conducir y de practicar cualquier ejercicio. Lo puedes aplicar a tu rutina diaria y te ayuda a vivir el momento presente. Aplicado a las cosas mundanas se le llama «microfluir». Al microfluir damos más energía y poder a cada instante de nuestras vidas. Fluye con el taichí y fluye con tu vida!
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