En mi libro «Conéctate. Descubre lo que tu cuerpo te quiere contar» hablo de nuestros flotadores, esas cosas que nos mantienen a flote en la vida diaria. Tienen un papel muy importante para nuestra salud física y emocional. Hay etapas en la vida cuando nuestro cuerpo nos grita pidiéndonos que descansemos de esos flotadores y dejemos que se alejen de nosotros, aunque sea temporalmente. Es el momento de coger aire, hundirte y bucear; hundirte en tu interior para observar y escuchar.
Llevo algún tiempo allí buceando y no por un motivo sino varios. A veces es bueno ser observadora de tu propia vida. Se aprende mucho. A veces no tenemos más remedio que hacerlo. Cuando el vaso está lleno no cabe nada más en él. Si hay demasiada actividad en tu vida, al estar a tope de fuerzas y de capacidad, puede que no haya cavidad para algo o alguien importante que tiene que estar allí. Es el momento de reevaluar prioridades, ir llenando el vaso poco a poco porque por muy grande que sea el vaso, tiene un tope.
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